A menor toma de decisiones, reacciones más rápidas
Cuando un Arte Marcial o sistema de combate ofrece muchas técnicas para dar solución a un ataque, elegir la decisión correcta te tomará más tiempo, y en una agresión callejera una fracción de segundo puede ser la diferencia entre vivir o morir.
En ocasiones hemos escuchado a practicantes de Artes Marciales hablar sobre la siguiente cuestión: ¿Cuáles son los elementos que determinan que un Arte Marcial o sistema sea más completo que otro?... probablemente una respuesta sea “el dominio de un mayor número de técnicas”, y el argumento es que, una persona que ha entrenado un mayor número de técnicas tiene más opciones de respuesta en combate. Bajo este razonamiento, podríamos deducir que un sistema que tiene 300 técnicas será superior a otro que tenga 100 técnicas… ¿Qué tan cierto es esto?
Por otro lado, existe la creencia que mientras más años de practica tenga una persona, mayor será el nivel que habrá alcanzado en un Arte Marcial, ya que se considera que habrá aprendido y entrenado una gran diversidad de técnicas. Ese razonamiento no es del todo acertado. No debemos caer en el error del artesano que presume de 20 años de experiencia cuando en realidad tiene un año repetido 20 veces. Por supuesto que la experiencia es importante pero bajo ciertas condiciones, si de lo que hablamos es de combate real.
El número de técnicas y el tiempo de práctica, no son los únicos factores que determinan la eficacia de una persona y su sistema.
Existen sistemas que cuentan con “pocas técnicas” por así decirlo, que tienen casi la misma respuesta para resolver diversas situaciones, en comparación con sistemas que para defenderse del mismo golpe tienen 12 técnicas diferentes y ocupan cada una de ellas con variantes distintas, lo que aumenta el número de técnicas por aprender y desarrollar. En resumen, a mayor número de técnicas, nuestro cerebro tiene que decidir entre muchas opciones para resolver una situación específica. En cambio, mientras tengamos pocas técnicas que funcionan para resolver diferente situaciones, nuestro cerebro tiene menos opciones por decidir, por lo tanto nuestras reacciones serán más rápidas y esto es una gran ventaja al momento de combatir.
Es obvio que en una pelea real no hay garantías de nada, sino solo oportunidades para reaccionar y eso va de acuerdo a nuestro entrenamiento. Siempre aconsejo a mis estudiantes que se entreguen completamiento al momento de entrenar, ya que de la forma en que entrenemos, será la misma que reaccionaremos al combatir. En un enfrentamiento en la calle, nunca se sabrá con total certeza cómo será el ataque, los factores que intervienen son tan variados que no existe una garantía del 100% de salir victorioso. Pero el invertir en un entrenamiento de calidad puede ofrecernos mayores oportunidades de respuestas eficientes, ante agresiones reales.
Regresando al tema principal, “a menor toma de decisiones, nuestras reacciones serán más rápidas en una pelea”. Por medio de un adecuado entrenamiento y mucha práctica, los procesos cerebrales mejoran las conexiones neuronales para acelerar nuestra velocidad de reaccion y aumentar nuestra coordinación neuromuscular en las ejecuciones técnicas. Por ello, siempre que pensemos en defensa personal es mejor entrenar en un sistema que nos ofrezca estructuras inteligentes, con movimientos sencillos y que puedan ser fácilmente adaptables a diversa situaciones. Las Artes Marciales Filipinas son ideales para este propósito, debido a que sus conceptos y estructura funcionales ofrecen un completo sistema para defenderse contra agresiones, tanto con armas como a mano vacía; bajo diversas circunstancias y distancias de la pelea.
En términos generales el proceso que se desarrolla para defenderse de cualquier ataque es el siguiente:
Detectar el ataque
Reconocer sus características (velocidad, trayectoria, distancia, etc...)
Elección de la respuesta (técnica a emplear)
Ejecución de la técnica
Nuestro cerebro tarda una décima de segundo en activarse para reaccionar, es decir en darse cuenta de lo que ocurre. De inicio ya llevamos una décima de segundo de retrazo en relación al ataque de nuestro contrario.
Ahora bien, todavía el cerebro tiene que procesar los datos, es decir enterarse de lo que esta ocurriendo y esto lo hace después de activarse. Para realizar la mayoría de técnicas de defensa o evasión debemos tener en cuenta los siguientes elementos:
Determinar la altura a la que se dirige el ataque: alto, medio, bajo.
El lado por el que viene (izquierda, derecha).
La trayectoria en que se ejecuta el ataque (directo, curvo)
También existen otros elementos como la velocidad, la potencia, cambio de dirección del ataque, fintas... que no siempre tomamos en cuenta.
Como podemos ver, antes de realizar una defensa (tomar acción), nuestro cerebro tiene que pasar por varios procesos para reconocer un ataque. Aunado a estos procesos debemos agregar uno más, que es elegir de nuestro arsenal de técnicas una respuesta y ejecutarla.
El número de elementos es de 3 alturas X 2 lados X 2 trayectorias =12 elementos aunque en realidad serían más. El cerebro tarda 0.746 segundos (incluyendo tiempo de activación) en elegir 1 entre 12 elementos.
Un experto muy rápido tarda 0.15 segundos en realizar un movimiento o lo que es lo mismo 6.6 bloqueos o golpes por segundo, lo cual ya es muy optimista. Si sumamos todo 0.746 + 0.150 seg. = 0.896 seg. Este sería, en teoría, el tiempo mínimo para poder parar sistemáticamente (100% de los ataques) un ataque cualquiera.
En ocasiones observamos a un experto realizar un bloqueo efectivo desde una distancia o en un tiempo que pareciera no ser posible, pero no es que haya roto las leyes de la Física, sino que con base a su experiencia, prevé el ataque debido a que detecta pequeños movimientos en su adversario (tics en los ojos, hombros, rodillas, movimientos previos, etc...) antes de iniciar el ataque. Este método no es 100% seguro, ya que en ocasiones podemos ser engañados por fintas y no sabemos exactamente cómo será el ataque. Pero es una gran ventaja contar con reacciones rápidas, económicas y directas.
En el caso particular de una lucha con palos y debido a la gran velocidad de las armas debemos contar con conceptos y técnicas que puedan ser empleados para resolver diferentes situaciones usando el mismo movimiento, en contraposición a estilos que emplean una gran variedad de técnicas para resolver la misma situación y eso les toma más tiempo para responder. Como comentamos antes, mientras tengamos menos opciones por decidir nuestras reacciones serán más rápidas.
SIC-Kali cuenta entre su arsenal con este tipo de técnicas, y pone un especial énfasis en el bilateralismo de movimientos, es decir, el ser capaz de ser efectivos utilizando ambos lados del cuerpo de manera independiente. En la lucha con palos por ejemplo, la gran mayoría de peleadores regularmente usan una sola mano para sujetar su arma. Al pasar el arma a la mano complementaria se sienten incapaces de hacer un buen papel. El bilateralismo de movimientos siempre es de gran ayuda sobre todo en la lucha con dos palos y distancias cortas como en stick clinch y stickgrappling por obvias razones.
En conclusión, no siempre una gran variedad de técnicas hacen a un sistema mejor, seamos más analíticos con nuestros sistemas y tengamos la menta abierta a experimentar en otros conceptos y estilos. No nos convirtamos en simples coleccionistas de técnicas y desconocer los puntos débiles de dichos movimientos. Siempre es importante saber bajo que circunstancias funciona una técnica y eso es algo que solo podemos descubrir a través de las experiencias en combate y la guía de un maestro capacitado.
Una estrategia que usamos en SIC-Kali y que funciona muy bien, es limitar las acciones de nuestro adversario por medio de las opciones que le presentamos dichos movimientos. Siempre es importante saber bajo que circunstancias funciona una técnica y eso es algo que solo podemos descubrir a través de arduo entrenamiento bajo la guía de un maestro capacitado y las experiencias en combate.
Guro Mauricio Sánchez
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